lunes, 24 de diciembre de 2007

A Chile en Bicicleta: Seguir o no seguir.


MDZ te sigue contando las distitnas etapas del viaje de tres mendocinos a Chile en bicicletas mountain bike. Los ciclistas siguen su travesía a pesar de la tragedia.

Luego de la repentina muerte del padre de uno de los integrantes de esta travesía, era difícil saber cómo iban a reaccionar los otros dos ciclistas.

Raúl y Guillermo estaban muy afectados, la amistad que lo unía a Walter era muy fuerte para pensar en seguir, pero como dicen los profesionales de la salud "el destino estaba marcado".

Con el impulso de todos los demás y comprendiendo que era poco lo que se podía hacer, Guillermo y Raúl siguieron el viaje, no sin sentir en cada pedaleada, la falta del otro integrante del equipo que tanto empuje le había puesto al grupo.

Se podía decir que la tercer jornada estaba marcada por el entusiasmo. Llegar a Cuevas, cruzar hacia el otro lado (Chile) y la "gran bajada". Las autoridades de ambos países (Chile y Argentina) no permiten que los ciclistas transiten por el túnel internacional, debido al riesgo que esto significa para ellos. Tampoco está permitido bajar los caracoles chilenos en bicicleta por la misma razón, así es que no quedaba alternativa más que subir las bicicletas a la camioneta y hacer esas etapas hasta llegar a Guardia Vieja. Desde allí Raúl y Guillermo, hicieron su pedaleada en Chile, hasta donde se suponía iba a ser la próxima parada, San Felipe.

Cuando ya se habían superado casi 50 kilómetros y de los cuales sólo quedaban 20 hasta el próximo destino, tanto Raúl como Guillermo decidieron adelantar su desafío y cumplir la jornada llegando a Viña del Mar en una sola etapa. Eso significaba un total de 175 kilómetros en una jornada, así lo hicieron, aunque no fue fácil.

"Hubo momentos en los que si Raúl me decía que largáramos todo, yo no le iba a discutir", afirmaba Guillermo, "en algunas partes había mucho viento y eso también nos aumentaba el cansancio, sostenía Raúl".

El inglés apareció en el camino otra vez
Ricky Pine, aquél inglés que los mendocinos se habían encontrado aún antes de llegar a Uspallata, apareció tranquilo en su pedaleo, unos 30 kilómetros antes de llegar a Viña. Guillermo le dijo " I hate you man (te odio hombre)", a lo que el inglés preguntó porqué, "porque nosotros estamos haciendo un gran esfuerzo, pero hemos dormido en hotel, vos en carpa, no traemos gran peso y vos venís cargado con esa bicicleta más pesada que la nuestra y casi nos alcanzás el ritmo, vamos a llegar casi juntos a Reñaca, dijo Guillermo entre risas". Ricky sonreía y le decía que de todas maneras él no tenía apuro, sólo quería estar en navidad en Valparaíso y darse un baño, ya que llevaba más de dos semanas sin poder hacerlo. Pasadas las fiestas, iniciaría nuevamente su camino hasta llegar a Ushuaia antes de marzo del 2008.

Playa a la vista!!


Sólo faltaban 30 kilómetros, un poco menos para cumplir el sueño y ver el mar. Aunque en esos últimos metros que los separaban de la playa, Guillermo y Raúl se sentían verdaderamente agotados, nada los detuvo para acelerar el pedaleo y ver lo antes posible el Pacífico.

"Vamos, vamos, esto va por vos Walter", decían al unísono, "ya llegamos ya casi estamos ahí", se decían para alentarse mutuamente. Hasta que por fin, el mar apareció, y con él las olas, el olor a mar, las gabiotas enloquecidas con las olas, el olor a pescado fresco, los puestos de venta de cochayuyo, las artesanías, los que rentan casas, la gente que llevaba sus toallas en la mano, de vuelta a sus departamentes y todo lo demás.

El sueño estaba cumplido, por Walter , por la familia y por ellos mismos, ya podían incluir en la lista de las cosas más importantes de la vida, el "cruce a Chile en bicicleta".

Lic. Viviana Garcia Sotelo
Editora www.mdzol.com