Quince kilómetros antes de ver el mar, el viento y la ruta nos torturó con varias subidas y bajadas. En cada una de esas subidas nos ilusionabamos con ver el mar, pero no era así, quedaban más subidas. Fue realmente una tortura. No llegabamos más, nos guiabamos por el olor a mar y la neblina y decíamos en la próxima subida vemos el mar y así estuvimos recorriendo el camino unos 20 minutos. Cuando pudimos divisar el mar fue un regalo para tanto esfuerzo.
lunes, 31 de diciembre de 2007
Tortura china
Publicado por 3LOG5 en 3:35
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