lunes, 31 de diciembre de 2007

Tortura china




Quince kilómetros antes de ver el mar, el viento y la ruta nos torturó con varias subidas y bajadas. En cada una de esas subidas nos ilusionabamos con ver el mar, pero no era así, quedaban más subidas. Fue realmente una tortura. No llegabamos más, nos guiabamos por el olor a mar y la neblina y decíamos en la próxima subida vemos el mar y así estuvimos recorriendo el camino unos 20 minutos. Cuando pudimos divisar el mar fue un regalo para tanto esfuerzo.